¿La tecnología obstaculiza o fortalece la comunicación?

En la memoria de algunos han quedado las formas antiguas en las que se gestaba la comunicación: las cartas impresas, el correo físico, las reuniones, los encuentros presenciales, las llamadas. Hoy, el canal, el mensaje, el emisor, y el receptor, han cambiado.

Uno de los grandes cambios en la comunicación actual, se llama: emojis. Sí imágenes que se han convertido en una parte fundamental de la comunicación digital. Parece que son ahora, la mejor manera de resumir o sintetizar nuestros estados de ánimo.

Muchas personas prefieren reemplazar sus oraciones, frases, llamadas o conversaciones por un emoji, una carita o una imagen que tiene la capacidad de expresar justamente lo que sentimos o lo que pensamos. Podría decirse, que hemos poco a poco perdido la riqueza del lenguaje corporal, oral y escrito. Estamos presenciando un fenómeno en el que las personas están más conectadas digitalmente pero más desconectadas en temas de presencialidad. Mucho texto poca interrelación.

Realiza un ejercicio práctico: Revisa cuántas llamadas has realizado el día de hoy versus cuántos chats, conversaciones o publicaciones iniciaste o finalizaste en un muro de alguna red social o en tu WhatsApp. ¿Cuál es el resultado de este corto ejercicio de observación?

No podemos desconocer las tantas bondades que también ha traído la tecnología en la comunicación. Una de ella, es la inmediatez en la que se presenta la información, las aplicaciones de mensajería instantánea permiten comunicarnos en segundos con personas o empresas en cualquier parte del mundo, sin ningún tipo de restricción geográfica. Nos permite conocer las noticias al instante. Nos abre la mirada al mundo con solo un clic. A las personas, que se consideran introvertidas, les permite con mayor seguridad, acercarse a los demás a través de los medios virtuales.

Para adaptarnos a este panorama actual de la comunicación, es necesario desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la autorregulación, la capacidad para manejar las emociones y comportarse de manera adecuada, indagar e investigar, manifestar respeto por el pensamiento contrario, valorar la gestión de la privacidad, entre otros. Estas habilidades nos permitirán comunicarnos de manera equilibrada en el mundo digital y aprovechar las oportunidades que nos ofrece.

Escuchamos mucho, la frase: “desconectar para conectar”, aquí te brindamos sencillas recomendaciones, para que no pierdas humanización, en tiempos de digitalización:

¿Crees que ha sido un favor el que nos ha hecho la incorporación de la tecnología en todos los ámbitos de la vida, especialmente en el campo de la comunicación y en el de las relaciones interpersonales? ¿o por el contrario, consideras que nos está poco a poco condenando a la esclavitud de la máxima dependencia en el uso de herramientas tecnológicas en nuestro diario vivir?

Satanizar a la tecnología no es una manera sensata de vivir el presente.  Hay que sacarle provecho para que esta no nos absorba y sí, mejor comprender que su uso razonable, puede ser bueno para muchos y más en el contexto de las relaciones interpersonales.