La solidaridad: una diferencia clave
La fórmula secreta de la vida, el secreto para vivir mejor, no es una receta química, ni una pócima: es una combinación de muchos elementos que se mezclan para crear una especie de fórmula mágica. Y esta tampoco es estática, siempre está en movimiento, pues al ampliar nuestra perspectiva del mundo y de las cosas, siempre tendremos la opción de ver otros aspectos nuevos o de encontrar otras oportunidades.
Hemos visto que algunos de los ingredientes de esta fórmula son el trabajo en equipo, que existan objetivos en común y el propósito de encontrar la mejor manera de llevarlos a cabo y cumplirlos, buscando siempre el beneficio mutuo. Pues bien, justamente eso es la solidaridad, una de las claves que ha asegurado la evolución y la conservación de la especie humana.
Desde las primeras sociedades, las prácticas como el intercambio de recursos, la protección ante amenazas, la ayuda mutua y el sentido de comunidad, han quedado registradas en la historia de la humanidad.
Pero no tenemos que ir a la historia lejana para ver estos ejemplos. En el 2020, con la pandemia del COVID-19, como humanidad fuimos puestos a prueba: aislarnos para protegernos frente al virus, pero unirnos de muchas maneras para poder superarlo…. Y fue el trabajo en equipo de médicos, enfermeras, investigadores, entidades de apoyo, grupos y personas independientes, que se volcaron con toda su alma a ayudar, que hizo posible que pudiéramos pasar al otro lado de la historia en el mundo y en nuestro país.
La organización social... Otra clave de la fórmula mágica
Pero, ¿cómo se pone en práctica esa necesidad humana de ser solidarios? ¿Y es posible hacerlo en particular en el ámbito económico? Para responder esta pregunta, pensemos primero en los distintos tipos de empresas que tenemos actualmente, con características y objetivos específicos. Sin tener en cuenta las públicas, podemos plantear que existen al menos dos tipos de empresas: con ánimo de lucro y de Economía Solidaria. Estos tipos de empresa tienen puntos de encuentro, pero también diferencias.
El principal objetivo de las empresas con ánimo de lucro es la maximización del capital de sus propietarios o accionistas. Por esto, en ellas la rentabilidad es la prioridad, sus dinámicas se enfocan en este fin y sus dueños tienen mayor o menor capacidad de decidir sobre ella según cuánto capital hayan aportado. Por supuesto muchas empresas de este tipo realizan grandes aportes a la humanidad; y las más exitosas dan muestras de organización, eficiencia y productividad.
Unidos voluntariamente
No obstante, las empresas con ánimo de lucro no son el único tipo de empresa privada que existe. También están las llamadas Organizaciones de Economía Solidaria (como las cooperativas), en las que productores, trabajadores, consumidores o usuarios se unen voluntariamente para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales de manera conjunta. En ellas las decisiones se toman de manera democrática, es decir, todos tienen el mismo derecho a decidir; y los beneficios generados se distribuyen equitativamente entre los miembros o se reinvierten en la empresa para beneficio de todos.
En la actualidad, las cooperativas continúan desempeñando un papel importante en la economía global, ofreciendo un modelo de negocio centrado en las personas y orientado hacia el bien común. Respondiendo y adaptándose al mundo cambiante, el cooperativismo refleja nuestras ansias de solidaridad y tiene el potencial para ayudarnos en la construcción de un mundo más justo, equitativo y sostenible.
Sentido de pertenencia
A pesar de que su objetivo fundamental no es maximizar el capital, las cooperativas también deben ser empresas sostenibles, eficientes y productivas; pero como hemos visto, en ellas el capital es solo un medio, no un fin en sí mismo.
Lo propuesto por las cooperativas se alinea con las claves de la vida que hemos ido descubriendo. Además, es un modelo que funciona y nos beneficia porque piensa en los demás; porque nos une y usa esa unión como motor. Al unirnos se crea un “vínculo asociativo” que alimenta nuestras ganas de salir adelante y que hace que todos sientan que pertenecen al grupo; y que, por ende, el éxito depende de todos.
¡En ese sentido de pertenencia está también una clave!
Pero los secretos para una gran vida no terminan allí… y a medida que más misterios desciframos, todo cambia… ¡Vamos a seguir descubriendo estos misterios!
Fecha de publicación 06/11/2024
Última modificación 07/11/2024