El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, la principal causa de discapacidad en el mundo.
Últimamente escuchamos mucho sobre este tema, puesto que a raíz de la pandemia por el COVID-19 la voz sobre la importancia de la salud mental en nuestras vidas se alzó. Este día tiene como objetivo concientizar sobre la prevención y el tratamiento de la depresión.
Conoce un poco sobre ella:
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 300 millones de personas de todas las edades sufren de depresión.
La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
Una de cada cinco personas puede sufrir de depresión.
La depresión se puede identificar a través de rasgos como: tristeza permanente, pérdida significativa de interés por cosas o actividades que antes nos alegraban o apasionaban, insomnio, pérdida del apetito, aislamiento, déficit de atención y una constante sensación cansancio e inconformidad. Es importante buscar ayuda especializada si se sospecha sobre estos síntomas persistentes. A menudo, los tratamientos incluyen terapia y medicamentos, pero también pueden incluir cambios en el estilo de vida como ejercicios regulares, una dieta saludable y un sueño adecuado.
¿Y entonces qué tienen que ver las emociones?
Las emociones pueden tener un gran impacto en los trastornos mentales. En general, las emociones no gestionadas o la incapacidad para procesar adecuadamente las emociones pueden contribuir a la aparición o el empeoramiento de los trastornos mentales. Por ello, además de darles un espacio en nuestras vidas y permitir sentirlas, es importante poder reconocerlas y expresarlas de manera saludable para poder llevar una vida equilibrada, ya que estas son un indicador de nuestras necesidades y deseos, las cuales nos ayudan a entender y responder a nuestro mundo interior y exterior.
¿Cómo podemos ayudar?
La lucha contra la depresión no se enfrenta ni se supera solo con actitud positiva, por eso es importante comunicar de manera asertiva nuestra ayuda hacía quienes tienen la valentía de contarnos por lo que están pasando.
Evita decir
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Pero no te ves mal.
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Es que no lo estás intentando lo suficiente.
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Todo está en tu cabeza. Solo piensa positivo, esfuérzate.
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Tú no necesitas psicólogo, solo fuerza de voluntad.
Dilo mejor así
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Está bien sentirte como te sientes, puedes contar conmigo, este es un lugar seguro.
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¿Hay algo que pueda hacer o dejar de hacer para ayudarte?
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Te escucho, estoy aquí para ti. Lo que sientes y tu experiencia me importa.
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Valoro mucho tu confianza al contarme esto, no estás solo.
Es importante recordar que no estás solo, no tengas miedo de buscar ayuda, porque NO está mal sentirse mal. La terapia, la meditación, una buena red de apoyo y la adopción de una vida saludable son algunas de las estrategias eficaces para tratar la depresión. No te rindas.
Si identificas algunos estados de los anteriormente mencionados,
busca ayuda profesional. Recuerda: No está mal, sentirse mal.