La ética se gesta en casa
Por José Rafael
Daza Arias
Vicepresidente
Comité Nacional
de Ética Coomeva a
En los tiempos actuales es necesario recuperar el poder de la conciencia y redescubrir preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida, el quehacer de las personas en su interacción con los demás y la capacidad de autorregularse frente a los deberes y responsabilidades al ejercer cualquier actividad de servicio a la sociedad.
Vivimos en medio de una cultura muy competitiva, orientada en gran medida por la búsqueda del bienestar individual, la satisfacción inmediata de los deseos, el placer, el acaudalar grandes fortunas de manera rápida que aseguren una felicidad material y la veloz huida de todo lo que suene a sufrimiento. Vivimos tiempos donde se hace culto al triunfo del facilismo para obtener las cosas.
En este contexto es necesario que la ética se imparta muy temprano en los hogares por parte de los padres de familia, con el fin de acondicionar el subconsciente al cumplimiento de los deberes y reglas que contribuyan a la sana convivencia para vivir en comunidad. Si al niño no se le inculca el respeto a sus padres, difícilmente cuando crezca desarrollará un comportamiento de respeto: hacia un profesor en su salón de clases; hacia el árbitro que dirige su partido de fútbol escolar; hacia el rector de su propia escuela; hacia un guardia que regula el tránsito vehicular en su ciudad; hacia un agente de policía; hacia un juez de una Corte o hacia cualquier autoridad legal. Si al niño no se le transmite con amor, el respeto hacia sus padres como autoridad en su hogar, no podemos pretender que vaya a respetar y acatar a la autoridad que impera en su hábitat al interactuar en sociedad.
Los padres de familia, en los afanes por las preocupaciones laborales y de subsistencia, hemos delegado muchas de nuestras responsabilidades al sistema educativo, como impartir estos valores y principios que deben recibir los hijos en el hogar, antes de ingresar a una institución educativa. El niño debe recibir la enseñanza de sus padres, para discernir lo que es correcto y lo que no; es decir, los valores que aprenda en su casa le servirán para distinguir lo que es justo, respetuoso, honesto, veraz, digno, y los deberes para convivir de manera armónica en la sociedad.
Es imprescindible mejorar el actual desempeño ético en nuestra sociedad y la mayor contribución que podemos hacer es formar a nuestros hijos con valores y principios. Quien educa hoy correctamente a un niño, evita que mañana sea castigado el adulto.
Fecha de publicación 12/06/2022
Última modificación 15/06/2022