Banca cooperativa: desafíos de la pandemia
Alfredo Arana Velasco
Estamos viviendo una etapa de muchos desafíos. La pandemia nos exige sacar lo mejor de cada uno de nosotros para sobreponernos al lastimoso costo de pérdida de vidas de seres queridos, y de deterioro en los indicadores económicos y sociales. Por esta razón quiero referirme en esta oportunidad a un tema de crucial importancia para el futuro de la recuperación económica y social, y es el aporte hecho por el sector financiero cooperativo a la atención de la crisis originada por la pandemia, y especialmente al papel que jugaremos en la reactivación de la economía.
La COVID-19 ha traído un alto costo en pérdidas de vidas, pero también un gran impacto en lo económico y social, lo que es en sí mismo una “gran tragedia” para la humanidad. Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, FMI, la economía mundial se contraerá un 4,4% en 2020; América Latina, en -8,1% y Colombia, en -8,2%. Por otro lado, la Cepal estima para América Latina y el Caribe un PIB per cápita retrocediendo a niveles de hace 10 años -inclusive en las últimas publicaciones ha hablado de 20 años para algunos temas sociales, enunciándola como la década perdida-; aumento en la tasa de desempleo al 13,5%; retroceso de 14 años en disminución de la pobreza, pasando de una tasa del 30,3% en 2019 al 37,3% en 2020, mientras que la pobreza extrema pasaría del 11,2% al 15,6% en igual periodo. De igual forma, se proyecta un deterioro en la desigualdad con un incremento del 4,9% en el índice de Gini.
Por su parte, el sistema financiero colombiano en general, incluyendo el sector financiero cooperativo, ha tenido una buena respuesta a los efectos de la pandemia. Al cierre del 2020 se cuenta con un sistema financiero sólido, estable, con buena liquidez y adecuado margen de solvencia, aunque quedan algunas inquietudes acerca del comportamiento de la cartera al término de los alivios, que ya conoceremos en este 2021. El acceso al crédito se ha mantenido, eso sí a un menor ritmo, pero no se ha interrumpido, favoreciendo la recuperación económica; pero en este aspecto no hay duda de la importancia de la industria financiera en el proceso de reactivación, acompañando y resolviendo rápidamente las dificultades de los usuarios actuales; tanto empresas como personas, procurando una oferta de crédito amplia y de bajo costo, orientada a asuntos de capital y conocimientos, en sectores claves para apoyar la reactivación.
Adicionalmente, las medidas tomadas por la autoridad monetaria, el ente de control y el Gobierno le han dado estabilidad al sistema; entre ellas se destacan la liquidez y las garantías que se generaron para las empresas, la disminución de la tasa de intervención en 250 pbs llegando a 1,75% -la más baja históricamente- y los alivios aplicados a los deudores.
Según cifras de Confecoop, existen 189 entidades del sector cooperativo con actividad financiera, de las cuales, 181 son cooperativas de ahorro y crédito, cinco son cooperativas financieras, dos corresponden a bancos y una es compañía de financiamiento de propiedad cooperativa. La cartera del sector cooperativo financiero asciende a $21,3 billones, representando un 4,1% del total de establecimientos de crédito, mientras que el número de clientes de las entidades financieras cooperativas llegan a 3,7 millones, representando un 13% del total de los clientes del sistema financiero colombiano, lo que parece lógico por ser una cartera más orientada a las personas que a las empresas. De otro lado, en América Latina y el Caribe están por el orden del 3,6% del total de activos financieros, con algunos países como Ecuador con 20,65%, y Costa Rica con el 11,99%. Aquí lo destacable es que el peso relativo no es despreciable y que, sobre todo, tienen una gran potencialidad, en especial en épocas como las actuales; por eso la importancia de la respuesta que se ha dado a la pandemia desde las cooperativas de actividad financiera y de las muchas otras que se dedican a otros temas fundamentales, incluyendo la salud.
El modelo básico del negocio financiero de las cooperativas y en general, tiene presente históricamente dos factores fundamentales para su orientación: rentabilidad y riesgo. Sin embargo, en las cooperativas se adiciona un tercer factor: el propósito, que no es otra cosa que toda la conceptualización sobre banca ética, banca responsable y donde la prioridad es la persona o asociado, la comunidad y la sostenibilidad, siempre procurando un buen desempeño financiero de la entidad, orientándonos a atender necesidades tales como salud, vivienda, educación, ahorro, inversión, financiación y por el momento un especial énfasis en el emprendimiento, entre otros.
Ahora bien, en el corto y mediano plazo el sistema financiero cooperativo enfrentará unas tendencias en su operación financiera, es decir, en sus ingresos, costos y gastos. En ingresos estaremos inmersos en una coyuntura de reducción de tasas de interés, disminución de volumen de negocios, caída en los precios de servicios y una tendencia a la gratuidad; en este capítulo será vital la fidelización de clientes, la profundización y el acompañamiento en sus propósitos fundamentales. En los costos, estaremos en escenarios de tasas bajas, quizás una alta propensión a ahorrar, donde la confianza será un factor vital. En los gastos, habrá una mayor exigencia en la eficiencia, menor necesidad de recursos en capital humano, más teletrabajo y más productividad.
En una perspectiva más amplia y tratando de entender las macrotendencias a las cuales se verá enfrentado el sistema, hemos tomado un estudio de PWC sobre las tendencias más importantes y su impacto en un mundo poscovid-19, y lo hemos adaptado al sector cooperativo y en especial al financiero, para contar con una herramienta de orientación en las siguientes etapas de la pandemia. Estas macrotendencias se resumen en los siguientes diez puntos:
- Sostenibilidad, gobernanza e identidad cooperativa: Banca sostenible, responsable, impacto con sentido social y cooperativo. La prioridad es la identidad y fidelización de clientes.
- Nuevo comportamiento de clientes: Más informados, relaciones de largo plazo, con más alternativas, autogestionados, más conciencia en autocuidado de la salud, mayor uso de virtualidad, más ahorro.
- Modelos de negocio: Cadenas de valor más integradas- integralidad de servicios.
- Bajas tasas de interés seguirán causando estragos en los márgenes y los modelos comerciales.
- Transformación digital: Las empresas se enfrentan a una presión implacable para impulsar la productividad a través de la digitalización de la empresa y la fuerza laboral.
- Menor apetito de riesgo: El deterioro de los activos reducirán la capacidad de asumir riesgos de las industrias reguladas para respaldar la economía real.
- Más regulación: COVID-19 no retrasará y más bien puede acelerar la implementación de las medidas regulatorias actuales y planificadas en muchos países y regiones.
- Competencia: El cambio impulsado por el cliente hacia una industria de servicios financieros basada en plataformas y ecosistemas creará una nueva ola de disrupción y desintermediación.
- Gente, cultura y liderazgo: Más productividad, identidad y pertenencia, foco en los resultados. El trabajo desde la casa, en mayor o menor proporción, llegó para quedarse.
- Reputación del sector: Es el momento de las cooperativas.
Como conclusión, estamos enfrentando un tiempo de mucha incertidumbre. El año 2021 ha iniciado con muchos desafíos y no claridades perfectas, tanto en lo sanitario, como en lo económico y lo social. Por esta razón, el movimiento cooperativo y en especial la banca cooperativa debe actuar centrada en su identidad, basada en los principios de la solidaridad y la cooperación, con la mayor flexibilidad, agilidad y con una alta orientación a la acción o excelencia en la ejecución, participando en la recuperación de la economía. Indudablemente el sector cooperativo tiene una buena posición estratégica, pues estos principios hacen parte de nuestra esencia; por ello y como lo hemos planteado en otros escenarios, debemos hacer de este difícil momento, el momento de las cooperativas.
Nota: Agradecimiento a Edwin Ordóñez por el apoyo en la redacción de este artículo. ¹Datos de Superfinanciera y Confecoop con corte al mes de agosto de 2020.
Fecha de publicación 14/05/2021
Última modificación 01/11/2021