Un cacao sostenible y solidario
En Nilo, Cundinamarca, una organización solidaria se reinventa para seguir impulsando la agroindustria municipal y la producción de frutales y cacao bajo el enfoque de desarrollo sostenible
A principios de este siglo, la Alcaldía de Nilo, Cundinamarca, impulsó un proyecto para sembrar cacao en el municipio. En 2013, los neocampesinos Liliana Jiménez y Germán Sánchez promovieron la creación de una asociación para unir esfuerzos y ampliar las áreas de cultivo, con un enfoque orgánico. “Llegamos a Nilo con el objetivo de dedicarnos a la producción de frutales y cacao totalmente orgánico, y encontramos otras familias que estaban interesadas en lo mismo. Así nació PROASOAGRO, Productores Agroecológicos Asociados de Nilo, una organización solidaria integrada por 38 personas de cerca de 20 familias”, afirma Liliana, una antioqueña que emigró a Bogotá para hacer una exitosa carrera de consultora, antes de decidir con su esposo dar un giro de 180° hacia el campo.
PROASOAGRO está reconocida legalmente como una empresa de economía solidaria para la producción agrícola, la transformación agroindustrial y el turismo comunitario. Se conformaron como asociación porque los fundadores no conocían bien el modelo cooperativo y no tenían suficientes herramientas para escalar de una vez a cooperativa. “La sugerencia que nos hicieron fue integrarnos como organización de desarrollo social y solidario y posteriormente dar el salto para convertirnos en cooperativa. Ese paso lo íbamos a dar en 2020 pero las circunstancias los retrasaron un poco más”, agrega Liliana.
Con sabor a cacao
PROASOAGRO alcanzó importantes avances entre 2013 y 2019, con el apoyo permanente de la Alcaldía de Nilo y de la cooperación internacional, especialmente del Proyecto IMPACT, financiado por el Gobierno de Canadá y ejecutado mediante convenio entre la Asociación Canadiense de Cooperativas y la Incubadora Gestando.
“Logramos implementar un modelo de desarrollo rural, desde 2014 hasta 2020 sostuvimos la certificación orgánica en la producción de cacao y en 2017 establecimos la planta de transformación y logramos la certificación del proceso de producción de chocolate orgánico, bajo las normas de Estados Unidos y Colombia”, dice. En lo institucional, avanzaron en el desarrollo de la asociación y en lo comercial, en el posicionamiento de la marca Biokoa.
Un logro muy especial fue la obtención del sello de equidad y sostenibilidad, que reconoció a PROASOAGRO como una organización incluyente con los jóvenes y con las mujeres, que fue uno de los énfasis del Proyecto IMPACT. “Nosotros modificamos nuestros estatutos para tener no solamente asociados principales, que eran casi siempre los hombres de las familias, y creamos la figura de asociados adherentes, que son las esposas y los hijos e hijas, para permitirles una participación activa, porque sabemos que el empoderamiento de las mujeres y la retención de los jóvenes en el campo son dos de los mayores retos que tiene el sector rural”.
Pandemia amarga
2020 iba a ser al año mágico de la Asociación y de Biokoa, pero llegó la pandemia. Y con ella una contracción importante en la demanda del chocolate orgánico certificado y la materia prima certificada.
“Lo primero que nos pasó es que teníamos previsto el traslado y mejoramiento de la planta de producción de chocolate, con el apoyo de la Alcaldía, pero todos los recursos para hacerlo se priorizaron para atender la emergencia. Y nosotros ya habíamos desmontado la planta en febrero y estaba en una bodega”. Y ahí se quedó. También se estancó la conversión a cooperativa.
El freno en la producción y la caída en los ingresos pusieron en duda la continuidad de la organización y, llegado el momento de renovar la certificación de producción orgánica, se decidió renunciar a ella porque no había condiciones para responder a las exigencias técnicas y económicas que conllevaba. “Después de ocho años de estar certificados de manera consecutiva para nosotros fue muy duro, sentimos un retroceso hasta 2014”.
Reinvención dulce
Puesto a prueba el espíritu social y solidario, buscaron alternativas. Primero decidieron seguir comercializando materia prima, aún a precio no certificado. Adicionalmente, empezaron a pensar más en serio en un proyecto que ya venían gestando: El turismo comunitario con enfoque sostenible, aprovechando la vocación agroecológica de las fincas, así que modificaron el objeto social y se inscribieron en el Registro Nacional de Turismo como asociación.
Con respecto a la transformación de cacao, dialogaron con el alcalde. “Le dijimos: esto no le está pasando solamente a PROASOAGRO, le está pasando a las cuatro organizaciones con vocación agroindustrial del municipio, pensemos en un proyecto colectivo que nos integre, que nos ayude a todos a salir de esta situación”.
Así se concretó la creación del Centro de Innovación Agroindustrial de Nilo, donde se integrarán cuatro líneas de producción: La transformación del cacao, el café, los frutales y la soya, con participación de cuatro organizaciones: PROASOAGRO, la Asociación de Productores de Café Kualamaná, la Asociación de Mujeres Campesinas de Nilo - ASMUC y la Asociación de Productores Agroindustriales de Nilo - ASPALNILO.
Para financiarlo, se obtuvieron recursos mediante gestión ante la Alcaldía, la Agencia de Desarrollo Rural de Colombia y otras entidades. La meta es construir, adecuar y poner en funcionamiento el Centro como un polo productivo que genere empleo y promueva condiciones de trabajo digno para mujeres y jóvenes en el municipio.
La línea de productos Biokoa va a regresar pronto, anuncia Liliana. “Están suspendidas las ventas pero una vez tengamos nuestra planta, reanudaremos la producción, con el apoyo de Farmer to Farmer, una iniciativa de la cooperación estadounidense que nos está acompañando en el desarrollo de nuevos productos, con el respaldo de una chocolatera del Brasil. Queremos que cuando esté listo el Centro de Innovación y Agroindustria también esté lista la nueva línea de productos, con los nuevos enfoques para crear chocolates funcionales, con otros ingredientes que nos ayuden a mejorar la salud y el bienestar de las personas”.
El proyecto permitirá, además, comercializar el café suave de Nilo, producido por ACP Kualamaná, los productos que las mujeres de ASMUC desarrollan en la línea de transformación de frutas como la naranja, el banano, el mango y la guanábana, y los productos de soya de ASPALNILO.
Lo que esperamos es tener un centro agroindustrial que nos proyecte como un emprendimiento social y solidario y que nos lleva a pensar en que si nos unimos y mantenemos ese espíritu solidario, vamos a tener los mejores resultados para todas las familias de estas organizaciones y para otras familias del municipio, a las que esperamos contagiar de esta ilusión, de este sueño, de trabajar juntos y poder desarrollar la agroindustria del municipio”.
Fecha de publicación 20/02/2022
Última modificación 09/03/2022