Elige lo que comes, ponle barreras al cáncer
Es cierto que no existe un listado de alimentos milagrosos que puedan prevenir o evitar que el cáncer se desarrolle en nuestro cuerpo. Pero también es verdad que hay condiciones que favorecen el crecimiento de las células de esta enfermedad y que sobre esos factores podemos incidir con nuestros hábitos cotidianos. Uno de ellos y quizás el más importante, es nuestra alimentación.
Los alimentos que ingerimos diariamente son la “gasolina” para ese “motor” llamado cuerpo. Es por eso que, el viejo adagio dice: “Somos lo que comemos”. Para que el cuerpo funcione bien, debemos comer bien. Pero ¿qué significa esto?
Este interrogante genera cada vez más agobio en las personas; sin embargo, hay un principio que debemos tener muy en cuenta: La inflamación crónica, genera serios problemas de salud y alteraciones en nuestro organismo. Entonces, evaluemos de dónde proviene dicha condición.
Médicos y científicos coinciden en que ciertos alimentos tienen un efecto inflamatorio por sus componentes y su acción al entrar al organismo. Es así como la consigna se hace más clara: No comas aquello que te inflama, elige bien lo que llegará a tu estómago y tendrás células más sanas, más resistentes a cualquier alteración.
Una dieta antiinflamatoria es clave
Cuando hablamos de dieta no nos referimos a un esquema puntual de alimentación, con recetas, cantidades y horarios; se trata de una alimentación que priorice la comida real y no los ultras procesados.
“Los procesos inflamatorios están involucrados en una gran variedad de problemas de salud, siendo actualmente la inflamación crónica sistémica la principal causa de mortalidad a nivel mundial. Entre los factores que promueven la inflamación crónica se destaca el perfil alimentario de la población, caracterizado por un mayor consumo de alimentos ultra procesados, altos en cereales refinados, sal, grasas trans y aditivos”.
Los alimentos que, por el contrario, favorecen la salud de nuestros órganos son los más naturales, con ninguna intervención industrial o al menos muy poca, usando técnicas especiales o que no contengan ingredientes químicos y artificiales añadidos.
Comida real
Ultra procesados
Papitas fritas y demás snacks en paquete
Productos de panadería industrial
Cereales refinados
Salchichas, jamón y demás embutidos
Jugos en botella
Gaseosas
Precocinados listos para calentar o freír
Gomitas, galletas y demás dulces
Aceites vegetales
Margarina
Azúcar refinada
Edulcorantes (endulzantes) artificiales
Hay alimentos reales que son llamados buenos procesados; la diferencia básica es que, a pesar de ir envasados, estos alimentos sólo han sufrido un procesamiento mínimo que no ha alterado significativamente sus cualidades, sus propiedades ni efectos positivos para la salud y tampoco adicionan ingredientes artificiales. Un ejemplo de este tipo de productos es el aceite de oliva, algunas conservas y vegetales congelados con tecnología IQF- Individual Quick Freezing.
La invitación entonces es a buscar y consumir la mayor cantidad de alimentos que nos ofrece la naturaleza, complementarlos con los buenos procesados y manejar adecuadamente las cantidades en cada comida, pues siempre los excesos serán negativos para la salud. Recuerda consultar el listado de ingredientes de los productos que vas a comprar, pues es ahí donde te das cuenta qué tan conveniente es consumirlo. Evita conservantes y colorantes artificiales al máximo. ¡No olvides que al cáncer le encanta el azúcar libre y añadida!
Combina siempre una buena alimentación con actividad física frecuente, pues este es otro de los hábitos más importantes para evitar la inflamación crónica y los problemas de salud que esta acarrea.
*Tomado de la Revista Médica de Chile
Fecha de publicación 19/02/2024
Última modificación 21/02/2024